Editorial Meran, 2003. — 549 p. — ISBN: 84-932-593-8-1.
A lo largo de los tres libros Kasparov nos ofrece un profundo análisis de los campeones del mundo Wilhelm Steinitz (1886-1894), Emanuel Lasker (1894-1921), Jose Raul Capablanca (1921-1927), Alexander Alekhine (1927-1935, 1937-1946), Max Euwe (1935-1937), Mijail Botvinnik (1948-1957, 1958-1960, 1961-1963), Vassili Smyslov (1957-1958), Mijail Tal (1960-1961), Tigran Petrosian (1963-1969) y Boris Spassky (1969-1972); junto con la de otros jugadores que dejaron honda huella sin lograr el trono: Adolf Anderssen, Paul Morphy, Johannes Zukertort, Mijail Chigorin, Siegbert Tarrasch, Harry Nelson Pillsbury, Akiba Rubinstein, Aaron Nimzovich, Richard Reti, Paul Keres, David Bronstein, Efim Geller, Svetozar Gligoric, Lev Polugaievsky, Lajos Portisch y Leonid Stein.
"Este es, probablemente, el libro de ajedrez que con más placer he leído nunca", ha escrito el británico Nigel Short, derrotado por Gary Kasparov en la final del Campeonato del mundo de 1993 en su crítica para el Sunday Telegraph. En esta edición española, que corrige los errores de las anteriores publicaciones, rusa e inglesa, el lector quedará impresionado por la sabia mezcla que logra Kasparov entre su condición de número uno indiscutible desde 1985 y su pasión por la historia. En su profundo análisis de los campeones del mundo -y de los jugadores que dejaron honda huella sin lograr el trono-, el autor sitúa a cada uno en su época y disecciona los rasgos psicológicos que influyeron en sus partidas. Y al glosar éstas, Kasparov fusiona todos los análisis que el aficionado puede desear: los efectuados en su día por los protagonistas y sus contemporáneos, los posteriores de otros grandes maestros, los de las computadoras más potentes de nuestros días y los del propio Kasparov, quien pone un especial cuidado en distinguir las fuentes para un mayor disfrute del lector. El pasado, el presente y el previsible futuro del ajedrez se funden en este primer volumen de esta magna obra que constará de cinco tomos. Dado que la calidad de las partidas crece a medida que se acercan a nuestros días -todos los campeones aprendieron de sus predecesores- cabe preguntarse: ¿qué dirá Short cuando lea las siguientes entregas?