Ariel: 2000. — 342 p.
«Tanto en literatura como en las demás artes, los siglos XVI y XVII son acertadamente conocidos como los Siglos de Oro españoles. ¿Cómo era la España, cabría preguntarse, que produjo aquellos siglos de tan extraordinario esplendor artístico? A comienzos del siglo xvi, España acababa de ser, por fin, unificada: unificada políticamente por el matrimonio de Isabel I de Castilla con Fernando V de Aragón y también por la conquista de Granada, el último reino islámico de España, en 1492; unificada en la religión, por la opción de conversión o exilio impuesta a los judíos en 1492 y a los musulmanes en 1502, con una Inquisición que vigilaba los casos de apostasía y otras manifestaciones de heterodoxia. Fernando e Isabel, los Reyes Católicos (título concedido por el papa Alejandro VI en 1494), habían traído el orden a España después de un largo período de rebeliones y guerras civiles, Y no sólo eso: la unión de sus reinos creó lo que sin duda constituíanla mayor potencia de Europa, ahora en condiciones de ejercer su influencia, y aumentar y extender su cultura. Como Antonio de Nebrija escribió en 1492:: “no queda ya otra cosa sino que florezcan las artes de la paz”».