Con La sombra del ciprés es alargada, su primera novela, se dio a conocer
Delibes al conseguir el Premio Nadal de 1947. Pedro, el protagonista y narrador de
esta historia, es huérfano y queda confiado por un tío suyo al señor Lesmes, que
regenta una academia de segunda enseñanza en su propio piso. Allí se alojará como
pupilo el niño, rodeado de un mundo «de reglas fijas, inconmovibles, y de mezquinos
horizontes». La educación que recibe le impulsa a desconfiar de los demás, del
engaño de los sentimientos y de cualquier compromiso. Con el despertar del uso de
razón surgirá un extraño temor a la muerte personificada en ta sombra del ciprés,
un árbol que parece un espectro, y sus frutos «calaveritas pequeñas». Cuando, completada su educación, se
haga marino y comience a recorrer el mundo, persistirá ese pesimismo radical que parece confirmarse por una
absurda guerra. Está ya «maduro para el dolor» y dispuesto a afrontar su mayor reto: sucumbir a los lazos del
corazón o afirmar su alma retorcida. Narrada con sencillez y emoción, esta novela anuncia ya los temas
fundamentales de la obra de Delibes: la recuperación de la infancia, la temprana presencia de la muerte, el
pesimismo como tentación contra la fe y la vida, la indagación en el sentido del dolor, el papel crucial del amor
en las relaciones interpersonales.
Miguel Delibes (Valladolid, 1920) ocupa un lugar sobresaliente entre
los escritores españoles del siglo XX. Además de periodista y articulista,
es sobre todo un narrador con una obra publicada amplísima,
reconocida con los principales premios literarios del ámbito de la
lengua castellana. Títulos como El camino, Las ratas, Diario de un
cazador, Parábola del náufrago, Cinco horas con Mario o Los santos
inocentes (ya publicada en la colección Millenium I) se han convertido ya en clásicos
de la literatura española. La precisión de su prosa y el amplio abanico de los temas
de su escritura -Castilla y sus gentes, la caza y la pesca, el mundo de la infancia y la
visión de la muerte, la atención a los seres desvalidos- lo convierten en uno de los
maestros indiscutibles de la lengua castellana.